Te llamaré Viernes

Y es que ahora los viernes han pasado a ser mi día favorito de la semana. Porque sí. Por sus noches. Y por sus días esperando que lleguen las noches. Por el zumo de cereza y las aceitunas sin hueso.

"La besó y encontró su boca, la tocó y encontró otras bocas, hundió los dedos en la saliva que manaba de su cuerpo abierto, solamente una boca, y sintió la desesperación en sus labios, en los brazos blandos y húmedos que le empujaron hacia una cavidad oscura y fresca, abandonándole después al vértigo, sintió sus labios desesperados, sudorosos tentáculos de contacto asfixiante, asfixia tentadora, liberadora, la presión de aquellos labios voraces que vaciaban su cuerpo de carne y sus venas de sangre, ..."

Dos menos

He aprobado. Dos. Menos mal. Ya sólo me queda la de mañana y... ¡se acabó! Viene el verano, por fin. Mi verano. Y eso que prefiero el invierno. Pero este año, pido perdón a mi querido invierno, tengo ganas de disfrutarlo. Aunque sea sin hacer nada, o no mucho, como cualquier otro verano. Pasando las tardes leyendo al sol, al lado del agua, tomando gazpacho o aunque sea encendiendo el aire acondicionado a menos 14 grados. Para eso está el verano, para pasarlo sin hacer nada. Será por eso por lo que no me gusta. Por mi hiperactividad. Por mi no poder parar de hacer cosas, aunque sean fútiles. Y con el calor... ¿quién tiene ganas de hacer algo que no sea sumergirse en una bañera llena de cubitos de hielo?

¡Voy a ir preparando el bikini y el flotador!

¡Desastrosa!

¡Qué desastre soy! Pues lo mejor de todo es que tengo que autorizar que los comentarios que los demás hacen en mi blog se publiquen... Y yo llorando porque nadie entraba, porque nadie decía nada... En fin, disculpen mi incompetencia en esto del blog. Y gracias a los que dejaron su comentario: Puck, Agus. Volved cuando querais, y si decis algo prometo hacerlo visible antes.

Sopor

Anoche dormí muy poco así que hoy no vivo, hoy deambulo en busca de una cama donde recostarme y soñar contigo. Entre la nicotina y los zumos de frutas me quedo con las miradas que me traspasan. ¿Me viste las entrañas? Yo veo tu corazón a cada instante, pero lo que más me sobrecoje son tus ojos llenos de lágrimas que eres incapaz de dejar atrás por tu miedo a equivocarte.

No sé cuánto esperaré, pero no me importa. Siempre estarás ahí, de una forma u otra. SIEMPRE.

Reaccionar

¡Necesito reaccionar! No sé cómo pero tengo que hacerlo. Darme cuenta de lo que inconscientemente ya sé: Nunca vamos a compartir más de lo que ya hemos compartido. No lo asumo. Lo sé, pero no reacciono. Estoy confundida. Llevo demasiado tiempo así. Se ha vuelto una rutina, una manera de vivir sin ver lo que hay alrededor, viéndole sólo a él. Y eso es injusto, para mí sobre todo, porque siempre le antepongo a mí misma. Debería ser más egoísta. Debería gritar ¡Basta! y salir sin mirar atrás. Debería... Pero no tengo fuerzas, aunque tome Red Bull, aunque me trague una caja entera de Astenolit. No tengo fuerzas aunque sí tengo una fecha marcada en el calendario. Antes o después llegará y después... Después no habrá vuelta atrás.